1. ¿Qué es la Cuaresma?

La Cuaresma es un periodo de 46 días de preparación, purificación, reflexión y que nos llama a convertirnos , y volver a Dios; es un tiempo apropiado para purificarnos de las faltas que hemos cometido; es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (Juan 14,23), es un tiempo para prepararse espiritualmente y para reflexionar sobre los sacrificios que tuvo que hacer Jesús para librarnos de los pecados.

Esta práctica inicia el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo con el inicio del triduo pascual (viernes santo, sábado santo y domingo de resurrección).

2. ¿Cuánto dura?

El período de 40 días aparentemente fue establecido al final del siglo IV. El número 40 tiene mucha importancia, pues está asociado a la Cuaresma, dentro de los ritos judeocristianos. En la Biblia, el diluvio dura 40 días, 40 son los años del pueblo de Dios en el desierto, 40 los días de Moisés y Elías en la montaña, y 40 los días que pasó Jesús en el desierto, antes de comenzar su ministerio. Los 40 días también pueden reflejar simplemente el período normal de preparación para los catecúmenos que serían bautizados el Domingo de Resurrección.

3. ¿Cuáles son las prácticas cuaresmales?

El ayuno, la oración y las obras de amor, tal como los presenta Jesús en su predicación (Mateo 6, 1-18), son las prácticas y la expresión de nuestra conversión. En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la palabra de Dios.

Para llegar preparados y limpios interiormente a la Semana Santa, te explicamos cuáles son esas prácticas:

• Ayuno: el ayuno escritural es una disciplina espiritual o ejercicio religioso. Por lo general se le relaciona con la oración e involucra la abstinencia voluntaria de ciertos alimentos. El ayuno se puede usar en el sentido general de abstención de actividades normales o de placer, con el fin de permitir más tiempo en la oración. El propósito del ayuno es apartarse para tener comunión con Dios y buscarle más seriamente. El ayuno complementa y fortalece el deseo, la intercesión o petición sincera, y la fe.

Aun cuando el ayuno se practicaba en conexión con los preparativos para el domingo de resurrección, en la Iglesia primitiva sólo se celebraba durante dos o tres días. El ayuno solía ser muy rígido.

El ayuno escritural comprende:

1. La humillación de sí mismo
2. Aflicción por el pecado
3. Arrepentimiento y la búsqueda del perdón de Dios
4. El arrepentimiento vicario por la nación o el pueblo (Moisés en Deuteronomio 9:9)
5. Buscar humildemente la misericordia, ayuda y dirección de Dios
6. Suplicar la bendición y la ayuda de Dios para una nueva aventura espiritual
7. La comunión prolongada y/o secreta con Dios
8. Lograr un hábito devocional disciplinado
9. Y se entiende como una manifestación de tristeza

Hoy, el ayuno, no es, solo de comida y bebida, sino también limpiarnos de nuestro egoísmo, vanidad, orgullo, odio, pereza, murmuraciones, malos deseos, venganza, impureza, ira, envidia, rencor, injusticia, insensibilidad ante las miserias y necesidades del prójimo.

• Limosna (obras de amor): No solo material, sino prestar ayuda a quien la necesita, enseñar al que no sabe, dar un buen consejo a quien lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido.

• Oración: Sin oración, tanto el ayuno como las obras de amor no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso. La oración es generadora de amor e induce a la conversión interior.

Hermanos, desde la semana pasada iniciamos este período de tiempo tan especial… el tiempo de preparación para la celebración más grande de la historia de la humanidad: ¡Nuestra gran redención! ¡La muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo!

Qué triste es celebrar nuestra “Independencia” como país cada año, siglo tras siglo…recrear esos momentos tan gloriosos en los que, algunos de nuestros héroes lucharon contra enemigos poderosos para morir por la libertad de su país; a ellos no les importó ofrecer su propia vida y a costa de ello ¡Ganar la libertad para todos los que vinieran detrás de ellos! Es por eso que celebramos… es por eso que nuestro calendario tiene esas fechas como importantes, pues esas fechas nos recuerdan nuestra libertad y nuestra identidad. La gran pregunta que se levanta es: ¿Seguimos libres y con una identidad propia? ¿No es cierto que tenemos que luchar por esa libertad y por esa identidad?

En estos días, nos estamos preparando para celebrar ¡¡¡El más grande movimiento de libertad jamás logrado!!! ¡¡¡Nuestra libertad en Cristo y nuestra nueva identidad!!! Pero, para celebrarla y que tenga sentido para nosotros y para la iglesia, ¡¡es necesario prepararnos!!

¡¡Recordar lo que hizo Cristo por nosotros, orar, ayunar y realizar las más grandes obras de amor… es la mejor manera de hacerlo!!

Bendiciones

Laura Alvarez
Author: Laura Alvarez